TODO FUE POR TI

Podía haberse quedado en casa disfrutando de eterna gloria, pero escogió venir hasta nosotros identificándose con nuestra historia.

Podía haber evitado el sufrimiento y la cruz, pero vino precisamente para eso.

La traición, el desprecio, las burlas, los golpes, el cuerp ensangrentado, la carne magullada, los clavos en pies y manos, el costado traspasado, el frío, el dolor, la sed, la soledad, la terrible soledad, la agonía en la cruz, la muerte, todo, absolutamente todo, fue por ti.

Aunque los instigadores de su muerte fueran algunos religiosos movidos por envidia; aunque los ejecutores directos de su crucifixión fueran soldados del imperio romano, la verdadera razón por la que Jesús fue crucificado son nuestros pecados.

Jesús mismo dijo que había venido a buscar lo que se había perdido y a dar su vida enrescate por muchos, cumpliendo asó lo que los profetas habían dicho.

En Jesús, la justicia y la misericordia de Dios tienen la más sublime expreseión. Dios te ama de tal manera que envió a su hijo al mundo, para que no te pierdas sino que tengas vida eterna. Jesús murió por ti, por tus pecados, para librarte de una condenación cierta, y resucitó para darte su salvación. Ahora está esperando a que le invites a entrar en tu corazón. Estas son sus palabras: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo."

¿Quieres recibir a Jesús en tu vidad? Es muy fácil. Dirígete a él como a un amigo. Dile que le necesitas; que reconoces que su sacrificio en la cruz fue por ti y que le recibes como tu Salvador.

La Bilbia dice que Jesús vino a los suyos, y los suyos no le recibieron, pero también dice que "a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de de Dios."

Si con sinceridad le has pedido a Jesús que entre en tu corazón, a partir de este momento eres un hijo de Dios. Y por su muerte en la cruz y resurrección tendrás Vida después de la vida.